“Transparencia”, una palabra que en Paysandú dejó de existir.
Los docentes deben enseñar a sus alumnos valores como la honestidad y el respeto por lo público. Pero sostener ese discurso es complicado cuando la realidad local grita lo contrario: 35 millones de dólares dilapidados, un déficit de 1.153 millones de pesos y una negativa sistemática a entregar cuentas claras. Esto parece más una serie de Netflix sobre corrupción que una administración pública. Lo peor es que aquí las explicaciones nunca llegan y el show sigue.